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Reposición de nulíparas en cerdo ibérico

Uno de los factores con más peso que debemos tener en cuenta a la hora de gestionar una explotación porcina, es la introducción al sistema productivo de nuevas cerdas. Ya sea por autorreposición o por reposición externa de las futuras reproductoras, debemos seguir una serie de manejos adecuados para mejorar los datos productivos de la explotación. En las explotaciones de cerdo ibérico se observan muchas carencias en estos manejos, lo cual penaliza la productividad de las granjas.

¿Cómo gestionar la autorreposición?

Cuando se trata de cerdo ibérico, más que de líneas genéticas, debemos hablar de “estirpes” o “variedades”. Entre estas estirpes, e incluso dentro de ellas, hay mucha variación de los datos productivos de las cerdas. No existen empresas de genética dedicadas a homogeneizar y mejorar estos datos, sólo las grandes productoras e integradoras están invirtiendo en sus propias líneas genéticas.

Sí que hay granjas que están autorizadas para la venta de reproductores, que quizás sólo se han centrado en mantenerse indemnes de enfermedades de declaración obligatoria, pero no frente a otros agentes infecciosos. Igualmente, los datos productivos de muchas de estas granjas no están muy contrastados, es por ello por lo que el ganadero de ibérico apuesta por la autorreposición y sólo adquiera animales de estas granjas en contadas ocasiones o cuando necesita un amplio número de animales en un corto periodo de tiempo, como por ejemplo cuando tiene una cabaña envejecida, aumenta el censo o inaugura una nueva granja.

Cuando el ganadero de cerdo ibérico tiene que cubrir “abuelas” para generar su autorreposición, además de no disponer de muchos datos en la mayoría de los casos, se enfrenta a un dilema, ¿qué hacer con los machos? El cerdo ibérico puro tiene un escaso mercado como cebado de pienso, debido a esto, muchas explotaciones optan por cubrir una gran cantidad de “abuelas” en primavera para que a estos machos se les pueda dar salida como primales para la montanera del año siguiente. Es decir, sacrifica la correcta selección de las mejores cerdas por un mejor valor de mercado de los machos resultantes de estas cubriciones. En mi opinión, sería más conveniente realizar cubriciones de ibérico puro durante todo el año, eligiendo las cerdas que tengan los mejores datos productivos, aunque los machos resultantes pierdan valor de mercado (por ejemplo, al venderse como tostones).

Igualmente, es necesario llevar al día un correcto registro de los datos productivos de las cerdas para elegir las mejores cerdas como “abuelas”, con el objetivo de mejorar genéticamente la explotación.

Aspectos clave en la primera cubrición

Ya sea por autorreposición o por reposición externa, debemos tener en cuenta una serie de factores a la hora de preparar a las futuras reproductoras para la primera cubrición:

  • Adaptación sanitaria: debemos adaptar las futuras reproductoras a los microorganismos existentes en la granja. Hay que distinguir dos fases:
    - Cuarentena: periodo de aislamiento de al menos cuatro semanas para la reposición externa de cerdas y verracos. Este aislamiento debe impedir que los animales entrantes contagien a los presentes en la explotación. Es muy importante que conozcamos el estatus sanitario de la granja de origen.
    - Adaptación-Vacunación: pondremos a los animales en contacto con material infectivo de la granja y procederemos a vacunarlos. El plan de vacunación dependerá de cada granja, adquiriendo gran importancia la vacuna viva de PRRS en granjas positivas. También sería conveniente un recuerdo de circovirus-mycoplasma antes de la primera cubrición. Esta fase es necesaria tanto para reposición externa como para autorreposición.
  • Nutrición: debemos alimentar a las futuras reproductoras con un pienso de transición hasta los 40 kilogramos de peso y posteriormente pasaremos a un pienso de recría. La cerda debe llegar a la primera cubrición en correcto estado de desarrollo y condición corporal. Hay que tener en cuenta que cercas grandes, con muchos animales o donde convivan varias edades, nos van a limitar este desarrollo. 
  • Edad de la primera cubrición: no creo que haya una edad definida para cubrir una cerda ibérica. Dependiendo de la genética y la condición corporal estará entre los nueve y los once meses de vida. No debemos cubrir antes para el correcto desarrollo y para minimizar el síndrome de la segunda camada, caracterizado por un retraso de la salida a celo, infertilidad y camadas de pequeño tamaño tras el primer destete. También influye la alimentación y la duración de la primera lactación, es decir, que la cerda llegue al destete con una mala condición corporal. En la Tabla 1 observamos como influyó en los datos recogidos en un año, en una granja de ibérico de Extremadura, cubrir a las nulíparas demasiado pronto, tanto en el primer parto como en el segundo.

TABLA 1.- Cubrición nulíparas

Parto

1

2

3

4

5

6

7

8

% Fertilidad

66.3

67.9

83.6

88.5

94.5

85

83.3

100

Nacidos Totales

7.7

8.1

8.5

8.5

8.8

8.3

9.0

9.0

Nacidos Vivos

7.4

7.7

8.1

7.8

8.1

7.7

8.5

8.3

Antes de realizar la primera inseminación, debemos introducir a las marranas tres semanas antes en las camisas de cubrición. Este manejo es necesario para que la cerda se adapte a la jaula antes de inseminarla y además nos permite:

  • Sincronizar con altrenogest.
  • Posibilidad de aumentar el pienso 2 semanas antes de la cubrición.

En la Tabla 2 se muestran las diferencias de fertilidad en una misma granja donde se inseminaron cerdas con una adaptación previa y otras que se inseminaron sin adaptación.

TABLA 2. - Inseminación cerdas

Manejo

Sin adaptación a jaula

Con adaptación a jaula

Cerdas cubiertas

40

30

Cerdas preñadas

31

26

% Fertilidad

77.50

86.67

Además, sería conveniente que en la fase de cubrición y gestación hubiera líneas independientes de nulíparas para evitar la dominancia que sobre ellas ejercen las multíparas. Igualmente, esto nos facilitaría alimentarlas con pienso de recría hasta la entrada en sala de partos para mejorar su desarrollo.

El porcentaje de reposición debe ser sostenido en el tiempo por sanidad y organización del trabajo, pero cabe la posibilidad en ibérico de aumentar ese porcentaje en verano, debido al marcado carácter estacional de la cerda ibérica, para completar el objetivo de cubrición. Por otro lado, sería interesante marcar como objetivo de selección el intervalo destete-cubrición fértil en los meses estivales, para mejorar genéticamente la salida a celo de la cerda ibérica.

Para finalizar, he de comentar que la tasa de reposición debe ser la adecuada para evitar el envejecimiento de las reproductoras y estar obligados a mantener cerdas poco productivas, circunstancias bastante frecuentes en granjas de ibérico.

La correcta adaptación, tanto sanitaria como productiva, de la cerda nulípara es necesaria para mejorar la productividad tanto al primer ciclo como en ciclos sucesivos. Además de ser necesaria para no desestabilizar la granja frente a procesos infecciosos.