Enfermedades, Prevención, Zona Porcino

La vacunación, aliada en el control del prrs

Entre 75 y 650 euros por reproductora es el impacto estimado asociado a un brote de PRRS (síndrome reproductivo y respiratorio porcino) en granja. Tratándose de un virus endémico en muchos países y de distribución prácticamente mundial, no es de extrañar que se trate de buscar las mejores alternativas para su control. 

En Europa, el PRRS es conocido por sus graves efectos sobre la reproducción, como el descenso de las tasas de natalidad y un incremento de la incidencia de abortos, mortinatos, fetos momificados y nacimiento de lechones débiles, así como del número de muertos.

¿Cómo llega el virus PRRS a nuestra granja?

Las principales vías de entrada del virus PRRS son los cerdos portadores o el semen. El virus puede excretarse en secreciones nasales y salivares hasta 25 días; y/o en el semen hasta 90 días.

A pesar de que sobrevive menos de 24 horas en el entorno en condiciones cálidas y secas, es posible su transmisión a distancias cortas por el aire. En el caso de distancias más largas, los fómites adquieren especial importancia: se han descrito supervivencias de hasta 30 días en equipos contaminados o camiones.

Una vez en la granja, el virus se puede transmitir de un cerdo a otro por vía placentaria, por inhalación del aerosol o por ingestión de material contaminado, aunque la principal vía de infección es la inoculación parenteral a través de heridas cutáneas, agujas sin esterilizar, corte de dientes o de cola, e insectos picadores.

Teniendo en cuenta esto, un aspecto clave en el ciclo de infección de una granja típica es el traslado de lechones virémicos, nacidos de cerdas virémicas, a las naves de destete, produciéndose la transmisión al resto de animales del grupo durante el destete y engorde.

La vacunación como aliada para su control

Aunque resulta fundamental apoyarse en medidas de bioseguridad, sanidad y manejo para controlar el PRRS en las granjas, la vacunación ocupa sin duda un lugar destacado. Uno de los puntos clave para el control de PRRS es reducir la diseminación del virus dentro de la maternidad, previniendo así la infección de la camada antes del destete.  Así, a través de una vacunación temprana de los lechones y un adecuado manejo de la reposición, junto a otras medidas de control pertinentes, será posible reducir la diseminación del virus en la explotación.

En este sentido, cuanto antes se vacune al lechón, antes estará protegido, siendo importante abarcar el periodo de mayor riesgo1, es decir, a partir de las tres semanas de edad, cuando se produce la bajada de anticuerpos maternales. Por ello, aquellas vacunas que se puedan administrar sin interferir con la inmunidad maternal serán de gran utilidad para asegurar esta protección temprana y el control del PRRS. Pero no debemos olvidarnos del resto de la piara, siendo clave también proteger a cerdas nulíparas y adultas.

El papel de la innovación

En el desarrollo de vacunas se deben tener en cuenta una serie de aspectos que finalmente configurarán el producto final y su eficacia. En el caso de vacunas vivas frente al PRRS, es necesario realizar una atenuación previa del virus de campo empleado para mantener su seguridad. Este proceso de atenuación y cómo se lleve a cabo, será clave para obtener una potente respuesta inmunitaria y proteger de manera precoz a los animales.

En este contexto, hace 16 años el equipo de investigación de Zoetis descubrió el receptor porcino CD163, clave en el desarrollo de vacunas eficaces frente al PRRS. Gracias a ello, nació una vacuna frente al PRRS que nunca pierde afinidad por este receptor, manteniendo su capacidad de entrar en la célula y su elevado nivel de multiplicación para poder ser aplicada desde el primer día de vida. Consulta a tu veterinario para más información.

 

Referencia: 1. Diseases of swine 10th edition, Jeffrey J. Zimmerman, Locke A. Karriker, Alejandro Ramirez, Kent J. Schwartz, Gregory W. Stevenson John Wiley & Sons, 15 feb. 2012